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Los empleados de algunas empresas como El Corte Inglés, compañía en la que trabaja Nuria, se han visto obligados a tener que trabajar cualquier día de la semana o día festivo. No hay otra opción.


"El problema de todo esto es que no han contratado a más personal para estos nuevos horarios. Los que estamos trabajando los días que antes no se abrían somos los mismos de siempre", explica. 


Al parecer y según confirma Fernández, se están incumpliendo las condiciones laborales de los trabajadores y lo peor, es que nadie hace nada. Ante mi pregunta de por qué, me responde: "La gente tiene mucho miedo a que se tomen represalias contra ellos".


Gloria Torres, vocal del sindicato de Comisiones Obreras en El Corte Inglés de Goya, asegura que la gente está reprimida en su puesto de trabajo y por eso no se atreven a acabar con esta situación: "Ya sabes lo que te pasa si no vas a trabajar cuando te dicen: el despido. La gente tiene mucho miedo a perder su puesto de trabajo y más en esta etapa de crisis donde el sueldo es la principal preocupación de cada uno".


Según datos estadísticos del INE, la ocupación de puesto de trabajo en el sector comercial ha disminuido 7.664 personas desde que esta ley fue aprobada. Gloria Torres asegura que nada más en El Corte Inglés son casi tres mil personas menos trabajando desde entonces: "La gente no aguanta esta situación. Es explotación laboral", asegura la vocal.


Y si tener que trabajar días que no figuran en tu contrato es algo que supera los límites de los derechos del trabajador, la situación se agrava aún más cuando además, no son pagados como tal. Ninguno de ellos ha visto incrementado su salario por trabajar en festivo, es otro día más en cuanto sueldo se refiere.


"Nosotros (Comisiones Obreras) nos hemos manifestado delante de la puerta de cada centro pero no conseguimos nada si el resto no se mueven con nosotros. La gente no se mueve porque tiene miedo a perder el puesto de trabajo. Si nos hubiéramos movilizado todos, a lo mejor la situación no era esta", comenta Gloria.

"Cuando firmé el contrato, mi jornada laboral era de lunes a sábado hasta las ocho de la tarde. Ahora salgo a las diez de la noche y trabajo entre semana, días festivos, domingos y cuando toque."





La cara B de la moneda

En junio de 2012, la Comunidad de Madrid aprobó la Ley de Dinamización de la Actividad Comercial con la que se eliminaron las restricciones de horarios comerciales.

El objetivo de dicha ley era  fomentar la actividad comercial y generar empleo.

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"Claro que esta situación es denunciable. Si las condiciones son como los trabajadores aseguran, en caso de despido sería un despido improcedente y tendrían derecho a cobrar una indemnización", aclara Julio García, abogado laboralista especializado en indemnización por despidos improcedentes.

 

Pero claro, los empleados no quieren una indemnización, quieren continuar en su puesto de trabajo como hace unos años. Y como eso parece un sueño difícil de alcanzar, se conforman con callas y aguantar.

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"Al principio se pensaba que era algo bueno para los trabajadores. Desde el sindicato se mira por el bien de los empleados de la empresa", declara Trujillo.


Cuenta como en los inicios era totalmente voluntario trabajar los días festivos: "Era totalmente opcional y había tortas por ir ya que se pagaba muy bien", confiesa. "Después la cosa cambió", añade.


Antonio Trujillo tenía un puesto relevante dentro de la empresa 

Como Nuria hay muchos más compañeros que se encuentran en la misma situación.


Ellos son trabajadores que llevan en la empresa más de veinte años y que no tienen otra opción que ceder a estas nuevas exigencias: "Mi jornada laboral era de lunes a sábado hasta las ocho de la tarde. Ahora salgo a las diez de la noche y trabajo entre semana, días festivos, domingos y cuando toque", asegura Nuria con indignación.


Además, los trabajadores de El Corte Inglés se quejan de que en ningún momento figuran estos nuevos horarios en sus contrarios: "Mi contrato es ahora mismo ilegal", asegura Nuria.


Los trabajadores no se atreven a protestar y los sindicatos de la empresa parecen tener algún tipo de interés detrás de todo esto. Así lo asegura Gloria Torres, quien junto a otros compañeros, decidieron en 2011 formar candidatura de CCOO en el centro de Goya para acabar con esta situación.


"El principal problema es que esto está firmado por los sindicatos mayoritarios de la empresa. Por eso, cuando denunciamos, el juez nos comunicó que no podía hacer nada", relata Gloria Torres.


Antonio Trujillo, fue jefe de planta de El Corte Inglés. Ahora está jubilado y recuerda cómo fueron aquellos años en los que perteneció al sindicato mayoritario de la empresa: Fasga. El mismo sindicato que Gloria Torres acusa de haber firmado el nuevo y actual calendario de la empresa.



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Hace ya tiempo que los domingos no son para dar amenos y largos paseos por el Retiro, hacer deporte o reunirse con viejos amigos. Al menos, no lo son para algunos.

 

Nuria Fernández tiene 48 años y es una de tantos trabajadores que ya casi han olvidado lo que era disfrutar de un día festivo.

 

El 12 de junio de 2012, la Comunidad de Madrid aprobó la llamada Ley de Dinamización de la Actividad Comercial. Una ley creada para el fomento de la actividad comercial y la generación de empleo. Gracias a esta ley, también llamada Ley 2/2012, se eliminaron todo tipo de restricción de horarios comerciales, dando a los comerciantes una libertad absoluta de apertura de sus negocios.

 

Desde aquel día, una empresa de la Comunidad de Madrid puede abrir sus puertas los 365 días del año, las veinticuatro horas del día, si así lo desea.

 

Esto ha supuesto que algunas grandes superficies abran sus puertas la mayoría de domingos y días festivos.

 

Sin embargo, lo que parecía la solución a la crisis económica, se ha convertido en la principal pesadilla de muchos trabajadores que se dedican al comercio.

 

Nuria ni siquiera recuerda cuándo fue la última vez que pudo hacerse una escapada de fin de semana. No lo recuerda porque desde entonces, es imposible para ella.

 

"Con esta nueva ley nos han reestructurado nuestros horarios y queramos o no, tenemos que ir obligatoriamente a trabajar fines de semana y festivos", comenta Nuria.

 

 

EL MADRID QUE

NUNCA CIERRA

y, sin embargo, asegura que no pudo hacer nada para mejorar las condiciones que hoy en día hay: "Yo como jefe daba mi opinión sobre la situación. Dejaba claro mi desacuerdo a mis superiores pero eso es cosa de la dirección y la asociación de la empresa. Poco podía hacer yo más que quejarme".


"Oía como algunos de los que trabajaban conmigo se preguntaban si esta situación sería denunciable", recuerda Trujillo.

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Esta situación continua de descontento laboral está repercutiendo en el estado anímico de los trabajadores: "A mi esto me está repercutiendo en mi vida personal, y mucho. No tengo tiempo para estar con mi familia o disfrutar de un día de ocio. Me está cambiando el humor", confiesa Nuria.


Y no sólo puede repercutir en el humor del trabajador, también en su estado mental:"Hay un límite personal que es variable en cada persona y cuando se supera puede empezar a suponer un nivel de estrés indeseable", explica Iñaki López, psicólogo del centro PAIDEIA. 


Los empleados que día a día se encuentran descontentos con sus condiciones laborales se sienten prisioneros de su propio trabajo, lo que puede llegar a provocarles trastornos psicológicos y anímicos. "Esta situación puede llegar a provocar diferentes síntomas como el estrés o incluso los ataques de ansiedad", explica Iñaki.


Pero el estrés y la ansiedad no son los únicos trastornos psicológicos que se pueden llegar a padecer a consecuencia de una gran presión laboral.


Ángel Donato señala el Síndrome de Bournout como uno de los más frecuentes: "Si el estrés se produce durante un tiempo prolongado puede llegar a causar El síndrome de Bournout que se produce  ante factores estresantes  e interpersonales en el trabajo. Sus síntomas van desde la fatiga crónica a la ineficacia, pasando por negación de lo ocurrido".







Iñaki López: "Los trabajadores pueden llegar a sufrir lo que los psicólogos llamamos indefensión aprendida: un estado psicológico que sufre un sujeto ante un estimulo adversivo que le perjudica y no tiene control para detenerlo".


El elevado precio de las consecuencias

¿Necesidad o entretenimiento?



La Organización de los Consumidores y Usuarios (OCU) considera que la Ley de Dinamización de la Actividad Comercial (Ley 2/2012) es fundamental para garantizar los derechos de los consumidores.


Alega que la vida de la mayoría de las familia ha cambiado siendo las prisas cada vez mayores y el tiempo para comprar menor.


De este modo, la OCU considera que la apertura en fines de semana y domingos es un derecho fundamental para los consumidores ya que si no sería casi imposible realizar sus compras a consecuencia de los apretados horarios de cada uno.


Sin embargo, ¿son los domingos y días festivos los días con mayor actividad comercial?


Un estudio sobre los hábitos juveniles, llevado a cabo por la Asociación San Fermín, destaca que un 60% de los jóvenes en edades comprendidas entre 15 y 25 años, gastan a menudo su tiempo de fin de semana en centros comerciales. Sin embargo, sólo el 13% de ellos lo dedica a comprar en el centro. 


Rubén Rivas reconoce que acude con frecuencia a algún centro comercial en día festivo pero que rara vez es para comprar: "Si, si voy a los centros comerciales. Voy al cine, a tomar algo o a los recreativos pero rara vez a las tiendas. Sinceramente, no me apetece comprar en mi día libre porque me agobio".


Lidia Ferradal, estudiante de diseño, muestra su entusiasmo al enterarse que los comercios pueden estar abiertos las veinticuatro horas del día: "La verdad es que no lo sabía pero me encantaría que más comercios lo hicieran. Así podría hacer mis compras cuando quisiera. Siempre se me olvida algo, así que me viene genial".


Marta Arroyo y María Zurita son amigas desde hace mucho tiempo, ambas de 21 años: "La verdad es que sí que nos gusta ir de tiendas los fines de semana pero casi nunca compramos".


Hay todo tipo de opiniones también entre los más mayores.


Carmen del Olmo, ama de casa de 70 años, no entiende cómo la gente no puede conformarse con comprar entre semana: "Vamos a ver, siempre ha sido así, siempre hemos comprado de lunes a viernes y hemos vivido. Todo es organizarse".


Sin embargo, Encarnita Díaz, vecina y amiga de Carmen, apoya la libertad de horario comercial: "Uy, a mi me parece estupendo. Me encanta ir de tiendas así que cuantos más días mejor, así me entretengo".


Sergio Parra tiene 30 años y asegura que él jamás va a comprar un domingo: "Mi hermana trabaja en el comercio y conozco perfectamente las condiciones laborales tan malas que tiene por culpa de esta ley. Nadie debería comprar en festivo"




Antonio Trujillo

Gloria Torres

Nuria Fernández

Iñaki López

Esther Paniagua Fernández